Encontrarás toda la actualidad y novedades sobre cómo aplicar con éxito las nuevas tecnologías de IT para la Transformación Digital de las organizaciones.
El modelo de firma electrónica basado en certificados digitales es sin duda el que más seguridad técnica y jurídica aporta, y el más normalizados de todos. Es por ello por lo que es el preferido dentro del sector público, tanto para su uso interno como para las relaciones de las administraciones con los ciudadanos y las empresas.
Según Tyler Jewell, director general de Dell Technologies Capital, el mundo va camino de contar con un billón de puntos de conexión programables, o lo que cualquier técnico está habituado a leer como “endpoints". Las permutaciones para combinar APIs y fuentes de datos son infinitas. Y en 2020, para bien y para mal, la carrera hacia la transformación digital es más feroz que nunca.
No hace mucho tiempo, se ha tenido la suerte de poder afrontar el reto de hacer una POC para instalar Openshift Container Platform sobre vSphere 6.7.0 en una plataforma on-premise que necesitaba evidencias de que Openshift podría solventar necesidades de seguridad entre aplicaciones y entornos que actualmente tienen en su infraestructura y son requisitos fundamentales para el óptimo aseguramiento del dato. El reto además se hizo más grande al tener que solventar algunas dificultades a la hora de poder instalar, gracias a varias peculiaridades en la infraestructura de red, por lo que ha sido necesario a realizar una instalación de OCP un poco distinta pero muy interesante y que se va a exponer a continuación.
Una firma electrónica no es más que el traslado de la firma convencional en papel, manuscrita, al mundo digital, en forma de un conjunto de datos digitales (la propia firma) asociados a otro conjunto (el documento firmado). En el mundo convencional de la firma manuscrita en papel encontramos distintas variantes de firmas, con distintas características, desde un simple trazo en un recibo hasta una firma ante notario, y cada una de estas variantes es seleccionada según las necesidades del propio acto de firma, de sus necesidades de validez jurídico-legal, de protección contra el repudio o de resistencia a la falsificación. Por ejemplo, no es lo mismo firmar un recibo cuando recogemos un paquete de mensajería que cuando firmamos un contrato hipotecario para una vivienda. En el mundo electrónico sucede lo mismo, y se definen distintos tipos de firma electrónica para acomodarse a todas las necesidades, y cada uno de estos tipos tiene sus características propias. En España, estos tipos y sus características están definidos en la Ley 59/2003, que se corresponde con el reglamento europeo eIDAS, que unifica estos criterios en todos los estados miembros.
Al comenzar a leer este post esperarás que describa una metodología para evitar los errores. Tengo que decirte que no vas a encontrar eso bajo el título de este post. En cambio, encontrarás una forma diferente de afrontar el error. En estas líneas encontrarás un enfoque constructivo, abierto y orientado a la solución de errores una vez encontrados, es decir, una mejora continua basada en el error y en la restrospectiva continua.
Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio, dentro de nuestra Web de acuerdo a tus hábitos de navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas expresamente su utilización. Puedes obtener más información de cómo gestionar y configurar las cookies en nuestra Política de Cookies.